Tuesday, February 10, 2004

M A L A M E M O R I A

El sábado pasé por la subida a la colonia postal. Hice alto en una esquina, donde vivía un chavito con quien tuve deliciosas experiencias sexuales, ya lejos del nerviosismo y la histéria de las primeras veces;
Como soy muy briaga, con el paso de los años las neuronas ya no me funcionan muy bien, así que no recuerdo su nombre ( creo que se llama Manuel) pero le decían "El Yuca".
No era feo, pero tampoco un papasote, pero tenía algo, una atracción animal, que me era irresistible.
Nunca fue descortés, ni grosero conmigo ( como serlo? si yo en aquel entonces era un bonbón de 17 añitos , adicta a los aerobics y a la coca light), al contrario, sus manos -recuerdo-sedeslizaban siempre suaves por mis muslos, se colaban bajo mi faldita con tal habilidad, que no me daba tiempo de ponerme nerviosa, sino deseosa.
Como yo era menor de edad, no podíamos hacer nada, mas que irnos a estacionar con los punks de la Brasil, ahi nos tomábamos unas cawamas y cotorreábamos con la plebe.
Me pedía que le diera raite a su casa, y nos íbamos, yo manejando aquel volchito azul que me servía de motel de vez en cuando. Todo el camino iba yo con las piernas abiertas, manejando, y él , discreto, metiendo su mano entre mis muslos, deslizando sus dedos entre mis pantaletitas y mi panocha ardiente y jugosa.
Para cuando llegábamos a su casa, prácticamente le suplicaba que me cogiera. Pero él, con esa mirada intensa y lasciva - ahora la recuerdo- me pasaba a la sala de su casa, le avisaba a su mamá que ya habíamos llegado para que la pinche vieja se aplatanara en el sillón contandome la sarta de estupideces que habí hecho durante el día... y yo.. con mi tierna conchita palpitante y deseosa, con ganas de mandar a la puta vieja a dormir a su cuarto.
Y ahí me torturaba, media hora, una hora, hasta que por fín, le decía a su madre -mamá, vamos a oír musica a mi cuarto- y me tomaba, tan suave del brazo y me llevaba a su recamara, donde inmediatamente me ponía frente al espejo, se paraba detras de mí, y viéndome fijamente a los ojos, a traves del reflejo, empezaba a hurgar debajo de mi falda -A ver, ya te enfriaste negrita?-y sentía que sus dedos, penetrando, acariciando, estaban tan ansiosos y hambrientos como mi chocho que practicamente se lo quería tragar, empezando por los dedos. Y muy despacito, me iba quitando las pantaletas, me iba manoseando, me hacia reventarme en deseo mientras los MISFITS o DEAD KENNEDYS ocultaban con su ruido nuestra respiracion agitada, mis jadeos y gemiditos de preparatoriana calenturienta.
Cogíamos y cogíamos y cogíamos hasta que nos chorreaban gotitas de sudor por todo el cuerpo... pero lo que mejor recuerdo, lo mas sabroso, era cuando terminábamos y nos tendíamos en su cama, me acariciaba, y era una sensacion tan nueva, tan diferente, las yemas de sus dedos recorriendo el filo de mis muslos, enredandose en mi pubis, tocando mis pezones, tan cariñoso, con una familiaridad muy dulce y light.

Hace como 5 años me encontre a un fulano que era amigo de entonces, y me dijo que "el yuca" estaba en el bote, que había asesinado a quién sabe quién demonios.. un lío de faldas. Que mala onda.
Papacito, ayer pasé por tu casa y me acordé de tus manos, de tu lengua y la deliciosa calentura que me provocabas; me pregunto si en tu celda, de noche, alguna vez recuerdas mis gemiditos mientras te haces una c h a q u e t a .

eXTReMe Tracker