Thursday, March 22, 2007

Y MI MAMA TAMBIEN

El viernes sali a dar la vuelta porque me urgia que me diera un poco de aire estancado, de ese aire que solo encuentras en los congales de mala muerte. decidi buscar uno nuevo, uno que tuviera olor a algo mas que sudor, pinol, mota, cigarro. Busque en varios lugares pero la musica era espantosa, y termine, como tantos otros viernes en el Zacazonapan Bar ( & grill).
Llegue directo a la barra, esperando que pancho me hiciera un escandalo por estar mas de dos meses ausente de mi segunda casa. Me saludo con una cara muy sobria y me dijo
-van tres veces que te vienen a buscar, una señora pelirroja, acompañada de unos batillos.

-No conozco ninguna señora pelirroja -menti- quien sabe quien sera, se veian muy malandros?

-No malandros, mas vienen andan hasta la madre, ya sabes

-pos, quien sabe pancho, pero ya estoy aqui no?

Me iba a sentar en la barra, pero descubri una mesa vacia en la esquina, dios debe andar de buenas -pense- me sente y enseguida llego Alex a quererme ofrecer las mil y una dosis de drogas. Le dije que no traia dinero, y era la verdad, tenia exactamente 130 pesos, que no son suficiente para caguamas, cigarros, drogas, y una lanita de emergencia por si la patrulla... asi que decidi esperarme a ver que caia del cielo.

Y cayo Hector.

Hector es un tipo altote, gordo y fofo. Siempre anda malhumorado, se me hace que es por falta de sexo. Es adicto a comprar porquerias por internet, practicamente VIVE en E-bay. Los fines de semana se empeda y se gasta hasta el ultimo cinco. Un asco de tipo, pero en situaciones de emergencia te sirve para pistear de a grapas.

Nos saludamos, se sento y comenzo aplaticarme de su ex mujer. Al principio pense que estaba muy dolido porque hablaba de una manera lastimera, pero al correr de las cahuamas me di cuenta que le tenia un profundo resentimiento por quien-sabe-que-cosa.
la verdad es que no le estaba poniendo atencion, asentia y lo dejaba hablar, me distraia viendo como le sudaba el labio superior y como corrian gotas de sudor de su sien. El tipo facil pesa 130 kilos, y medira unos que... un metro 85, algo asi.
Me pare a ponerle monedas a la rocola, ya no aguantaba la conversacion sosa del pinche Hector. A proposito puse unas rolas de Johnn Cash para que la raza se sacara de onda. Me gusta hacer ese papel, de incomoda, fuera de lugar, me gusta y se que lo hago muy bien.
Me fui a la barra y platique un momento con Angelica, no me acuerdo que babosadas me dijo.
Dios, todos andan pedisimos, y supongo que yo tambien porque me cuesta trabajo enfocar mi atencion a las conversaciones.. o sera que no me interesan? sera que lo unico que deseo es estar asi de borracha, entumida, en una realidad que mañana solo recordare por el asqueroso dolor de cabeza que me acompañara.
Desde la barra puedo ver al Hector, doblado hacia enfrente recargando la frente en la mesa, aun sosteniendo su vasito de plastico transaprente mitad ambar mitad blanco.
Esta pedisimo y eso es mal omen, significa que o me busco alguien mas que traiga dinero, o se me acabo la fiesta.
Huele mucho a mota y a pinol.
Un chinito entra vendiendo chinerias: abanicos, llaveros, collares.. me pasa un incienso prendido frente a la nariz, me dice que un dolal la valita.
El olor del incienso casi me hace vomitar.
Veo a Hector salir del baño, se ve fresco cmo lechuga el cabron, de lejos me hace una señita. Hace mucho calor, hay mucha gente y para llegar hasta donde el esta hay que librar una batalla entre el riachuelo de desperdicio humano que es la clientela del zacazonapan.
Un tipo tatuado se quita la camisa y muestra sus tatuajes a la mesa que tiene al lado, al pasar junto a el su piel, humeda y caliente roza cn la mia.
Tengo ganas de vomitar.
Llego donde esta Hector y me toma la mano, dejando en ella un globito lleno de polvo blanco... asi? o mas discreto el amigo?.

Me meto al baño e inspecciono el globo, el pendejo compro criko en lugar de coca, pinche ojete, pero ni hablar, me siento muy mal y necesito alivianarme antes de irme que la carretera es muy larga.
Le doy dos jalones.
Dos jalones nada mas y ya siento el incendio en mi nariz, esa masa amarga en la garganta. Me palpitan los ojos y la nariz me arde, arde, arde.

Dos minutos y como nueva. La vista mas clara, el oido mas agudo. Tengo energia como para agarrarme a madrazo limpio con el mas grandote del bar. Pero no lo voy a hacer.
Regreso a la mesa y el hector tiene cara de idiota, viendo bailar a la peruana, oscilando enloquecida como si todo el criko del mundo fuera nomas para ella.

le digo a Hector que me tengo que ir, y no se que me contesto, porque empezo una rola de Led Zeppelin y la raza aulla como desesperada.
Asi que sonrio como tarada y le hago un gesto de "adios" con la mano.

Subo las escaleras acompañada del enorme gusano que esta pintado en la pared, dando tumbos y risotadas vienen entrando tres personas: una mujer pelirroja, delgada y dos hombres con aspecto de narcotraficantes.
La reconozco de inmediato pero aprovecho que van casi a gatas para escabullirme porque me muero de la hueva de confrontarla.

Camino a la casa, entierro las uñas en el volante. Tengo la quijada trabada pero la mente mas clara. No tengo nada de que preocuparme, total, si me vuelve a preguntar que donde demonios andaba, le voy a decir en el mismo lugar que tu, mamá.

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