Tengo un secreto hermoso que contarte
sonie que te soniaba
espiandote desde tu jardin
te cambiabas de ropa
y arrugabas las prendas usadas en una esquina mientras un gato amarillo te miraba
te ponias aquella camisa azul recien planchada que tanto me gusta
arqueabas tus cejas y abrias un ojo descomunalmente
(digo descomunal, porque tus ojos siempre van entrecerrados)
y eran de un color verde esmerelada enloquecedor.
Y a lo lejos un perro aullaba lastimeramente
y el sol se ponia y el cielo se inundaba de esa luz dorada que algun dia comparti con otro alguien
la unica diferencia : esta vez no olia a mar , sino a Jazmin.
Parecia que no encontrabas tu cinturon y en ese momento dude si jamas te vi usando un cinturon
tus zapatos tan bien boleados relucian como espejos
y al abrir la puerta de la habitacion
el pasillo eterno dejo filtrar aquella luz dorada por donde salio corriendo ese gato amarillo
hasta llegar al patio y se enredo en mis piernas
ese gato que me reconoce siempre y me muestra su carinio
muy al contrario de ti que a veces me ignoras y a veces me me recibes con una calidez que descontrola.
sales detras del gato y me ves ahi parada entre los jazmines
cortas uno y lo acomodas en mi cabello
y desde la puerta semiabierta alcanzo a oir un bolero aunque no distingo cual es
no pareces tu
pareces otro en mi camisa favorita
pareces otro haciendose pasar por ti, me tomas suave de la cintura y me acercas a la puerta
me besas.
y ya se que no eres tu
eres el suenio del suenio que estoy soniando , mientras el gato amarillo se escurre ronrroneando entre nuestras piernas
y el aroma nauseabundo a jazmines me marea
y no era un bolero lo que sonaba, era esa cancion, esa del joselito, el de la voz de oro.
Me invitas un martini.
Te lo acepto y caigo rendida en tus brazos porque los suenios extranios son asi.